navidad y comer y comer...

Lo que nos espera….en estas fechas o en vacaciones es cuando realmente nos damos cuenta de que no encajamos en los estándares alimentarios. Evidentemente no pasa nada por comer como “los demás”, o más o menos. Lo curioso es observar como te sienta (de mal) y ser consciente más que nunca de la parte positiva.
Sin lugar a dudas considero que "los que estamos en el ajo" somos afortunados de haber accedido a una información privilegiada, la comida equilibrada y natural , y además haber aprovechado la oportunidad de ser felices y encontrarnos genial, mucho más de lo jamás nos hubiéramos imaginado.
Bueno, felices fiestas a todos y que sea leve el empacho.
Podríamos seguir esta linia para ir contando nuestras expreriencias con las comilonas. Verdura que brilla por su ausencia, arrocito que no aparece...

Hola a todos
Ya estoy de vuelta.
Veo que nadie se animó a decir nada.
Ya unos días que pasó lo de Navidades pero mi conclusión es la siguiente:
SOLO PORTEÍNA ANIMAL DE COMER, NADA DE VERDURA.
Seré una rarita sin duda, y reconozco en el día a día como diferente de la mayoría de la gente, pero es que no puedo compartir la idea de que “un festín” esté reñido con nada procedente de un huerto. Con lo buenas que están las verduritas bien cocinaditas. Qué pena que no ostenten el reconocimiento que sin duda se merecen en la mesa.
Como las navidades me las pasé de invitada hice dos cosas al respecto. Un día me preparé un ensalada rápida para acompañar y el día del COCIDO, como resultaba que la receta tenía col o repollo, se sirvió en la mesa, y aunque achorizado, me lo zampé casi todo, afortunadamente no hubo peleas por él.
BUENO, y ahora un año nuevo para todos.
Os deseo lo mejor
Raquel

Pues mi experiencia ha sido la misma.
Lo malo, es que aun estoy saliendo de la abdución comestible a la que me he sometido.
Proteinas animales, por un tubo, hidratos de fuentes "dudosas", en fin....
En situaciones así la verdad es que se hace muy cuesta arriba
Nos vemos!.

Buenos días,
Cuesta arriba??? No Miri. No lo veas así, si no todo lo contrario, una oportunidad para darse cuenta de lo que ellos se pierden. Una oportunidad para alegrarse de lo afortunados que somos de tener “otra opción”, “otra manera de ver la vida y comida” diferente que nos hace más sanos, más fuertes y más felices.
Bueno, quizás es que tu hace muy poco que has dado el paso, pero ya verás que el año que viene…
Ánimos
Raquel

En relación a los post sobre las hamburguesas, los excesos, ayer se me planteaba una pregunta:
en cuanto hemos entrado en una época como la navidad de excesos, se pierden los hábitos muy rápido y cuesta muchísimo volver a ellos (casi más que al empezar de cero).
¿Esto es por una reacción del cuerpo normal, o es que en el resto de comidas introducen productos adictivos?
Gracias!

Me lo pones complicado responder…
Yo te diría la cara opuesta, que estoy ya tan tan puesta que si tengo adicción a algún tipo de comida es precisamente a ésta. Lo que más encontré a faltar di viaje fue sin duda el arroz integral. Me considero “adicta” al arroz integral, a la verdura en general, a mis salsas, las legumbres…es decir, lo sano. De vez en cuando me apetece lo otro y lo como y ya está.
Por otro lado cuando la apetencia por lo otro es muy intensa y repetitiva hay que reflexionar sobre qué es lo que falla. A lo mejor es que no estás comiendo realmente bien y tienes deficiencias que ser urgen cubrir de forma “fácil” con los extremos.
Comentas si tienen sustancias adictivas, no me atrevería a afirmarlo pero está más que comprobado que el azúcar es una droga que a más tomas más quieres.
Sin embargo, después de las comilonas de fiestas, la mayoría de gente, desea volver corriendo a lo de siempre, lo sano, porque es sencillamente lo que mejor le sienta.
Pero también es cierto que hay gente que un día lo abandona todo y como si nada, cosa que no puedo entender pero que es la realidad.
Bueno, en conclusión, no hay conclusión.
Seguir el camino, cada uno a su ritmo, PERO SIN PERDER LA TREN!!!!!
Animo.
Vale la pena engancharse.
Raquel

Leer la pág 46 del último número de la revista COCINA VEGETARIANA (NÚM.6)
Montse Bradford nos habla de esto precisamente, de los apegos.
Además de lo comentado tambien puede ser debido a carencias o desquelibrios emocionales que intentamos "saciar" con la comida.
Por otro lado en el artículo vemos ideas de alimentos para paliar los deseos de los "no desables" extremos a través de similitudes energéticas. Por ejemplo si te apetece mucho el azúcar tomar compotas de manzana caseras...
SALUDOS
raquel

Cuento mi experiencia de las Navidades por si le sirve de ayuda a alguien. Me llevé como kit de supervivencia, arroz integral, miso y cereales eco para el desayuno. En Galicia me esperaba verdura de la huerta , pan de centeno de horno de leña y huevos del gallinero. MI OBJETIVO ERA NO COMER CARNE. Lo conseguí, los postres de Navidad , los comí pero sin pasarme. Regresé a Madrid deseando comer arroz y verduras a mis anchas , no tuve remordimientos por no cumplir la dieta, lo que necesitaba era un plato de arroz .Me encanta en el desayuno ,con sus frutos secos y su limón rayado ,cuando no podía prepararlo sí que sentía su falta. Comer bien crea adicción, estoy de acuerdo con Raquel.
Respecto a la necesidad de seguir comiendo productos de” satisfacción rápida”, tipo dulces , chocolate, patatas fritas…habría que preguntarse en qué momentos del día los necesitas ( y me incluyo a mi ).Cuando llegas a casa cansada, tal vez después de discutir con un compañero, o un familiar, después de hacer la compra, nos hacemos regalitos alimentarios para compensar una emoción que nos duele ,la caricia que nos falta. Ansiedad, ira , tristeza, miedo. Primero tenemos que conocer la emoción para poder sanarla, sí , es doloroso, pero es nuestro trabajo.
Conocemos el camino, nuestros aliados pueden ser : Reiki, las flores de Bach, una dieta equilibrada, Yoga…y ahora sólo queda mirar dentro de nosotros; hacer salir el sol que late con fuerza en nuestro interior ,una energía que es capaz de mover montañas ,incluso para algunos subirlas…..¡Animo!

Felicidades
Espléndida tu intervención. Sin palabras. No tengo absolutamente nada que añadir.
Pero te diré una cosa, me has emocionado, he sentido como conseguías agitar ese SOL interno mío, he has transportado para revivir el momento.
Gracias por todo.
De todo corazón.
Raquel